
Algunas personas pueden decirte que tu valor depende del trabajo que tienes, de tus ingresos, de tu cuenta bancaria, del modelo de tu carro; recuerda que eres valioso por existir, eres una creación de Dios, inmensamente amado. No necesitas triunfos, posesiones o títulos para ser valioso y amado. Desde siempre, estás siendo amado profundamente y tienes un valor infinito.