Puede que suene cliché o trivial, pero sacar un espacio para una sesión de salón de belleza es maravilloso, hasta creo que podría decir terapéutico. Cortar tu cabello es comenzar de nuevo un ciclo, es abrirte a las posibilidades de cambiar, de explorar, de diseñar tu imagen personal. Dedicarte tiempo, mimarte, es enviarte el mensaje que eres valiosa, que mereces cuidado y atención y te da mucha energía. Creo que el salón de belleza es un puente entre el mal y el buen genio, un espacio para respirar, para desconectar de las tensiones, de las preocupaciones y poder verlas más manejables. Cliché o no, frívolo para algunos, para mí es un oasis de paz que te permite regresar a casa con vitalidad y con inspiración para planear, soñar. Así que es un dinero muy bien invertido. Anímate a sacar tiempo para cuidar de ti en el salón de belleza, vale la pena.