Siempre hay nuevas formas de hacer las cosas, de organizarnos, de limpiar, de aprender, de cocinar, de pensar. Con el coaching he ganado en flexibilidad, en adaptación, en soltar y dejar pasar. Cosas por las que antes me complicaba y me hacía un mundo, ahora las vivo con serenidad y con la mentalidad de buscar nuevas formas de hacerlas. Y esto me ha traído paz y bienestar. No siempre las cosas salen como espero, es verdad, pero me doy el permiso de cometer errores, de reirme de las situaciones y de explorar otras formas de organizarse que puedan resultarme útiles. Los horarios, los debería que me imponía yo misma o por cumplir las expectativas de otros han dado paso a escucharme, pausar y proponer otras metodologías. y con esto, aprendo y abro la puerta a nuevas soluciones.