Es posible que hayas tenido malos hábitos que te han llevado a un deterioro de tu salud física. Inicialmente puedes sentir culpa, resentimiento, dolor por esta situación. Desanimarte, entretener pensamientos limitantes de derrota y de impotencia. Te invito a sacudirlos, a dejarlos pasar y a validar pensamientos de lo que puedes hacer para recuperar tu salud. Siempre es posible hacer algo, cambiar tus hábitos, encontrar red de apoyo. Confía en que tu organismo tiene la capacidad de sanar, permítele hacerlo. Cuéntale a Dios tus dificultades, tus emociones, tus desafíos para tener mejores hábitos y apóyate en El y confía en que estará a tu lado. Es posible para ti, hacer cosas para mejorar tu salud física; comienza por tu actitud positiva sobre lo que sí puedes hacer y piensa que todo va a mejorar ahora que vas a actuar diferente. Esta pudo ser la voz de alerta para llevarte a cuidar mejor de ti, a reconocer que tu cuerpo es el vehículo que te permite hacer las tareas y proyectos que te llevan a tus sueños. Animo, reconocer la dificultad es el primer paso. Es posible para ti recuperar la salud física.